Todos hemos sido clientes y sobre todo, si tienes un negocio, tienes muchos compradores, y a veces se caracterizan por tener una personalidad muy marcada, que puede provocarnos dolor de cabeza o haber deseado no haber emprendido en primer lugar.
Sin embargo, no todo está perdido pues él es la pieza fundamental de nuestra empresa, por lo que si podemos identificarlo, podremos saber cómo tratarlo.
- El moroso. Es el clientes que nadie quiere ya que a la hora de pagar, nunca cumple con el tiempo fijado o busca cualquier excusa para no cumplir con sus obligaciones. La forma de tratarlo es darle seguimiento en cada momento hasta que se cumpla con el pago, también se recomienda evitarlo, ya que causa trabas en la empresa y sobre todo
- El regateador. A comparación del anterior cliente, este se fija en el precio y siempre está buscando la opción menos costosa aunque no obtenga la calidad que se espera. Para tratarlo, una solución es mostrarle los argumento sólidos de por qué el servicio y la calidad de este es cuál es el que le conviene, por qué es mejor que la competencia y sobre todo los puntos que lo perjudicarán si opta un barato precio sobre el precio justo.
- El indiferente. Pareciera que es el cliente perfecto porque siempre está escuchando, sin embargo, no está interesado en el servicio. Capta la atención del cliente a través de acciones que lo animen a hablar y participar de esta manera generará confianza y una conexión emocional con él y un interés sincero. También está el lado opuesto que es el cliente demandante, es la persona sabelotodo y constantemente está diciendo qué hacer y cree saber más del producto que los propios vendedores; para lidiar este tipo de personas, se deja claro las funciones que cada empleado y demostrar tener la experiencia necesaria para guiar en la compra final.
- El grosero. Existen diferentes tipos de clientes, pero este es el que más rápido identificas, ya que habla con groserías y en el peor de los casos puede volverse violento. Este personaje son los que nada les parece en redes sociales, Para continuar con el trabajo con este tipo de clientes, busca ser amable para mantenerlo a sus niveles de agresividad, evita responder a sus ofensas, no rechaces directamente sus exigencias. responde con un “lo veremos”, lo revisamos o vamos evaluarlo con el equipo.
- Cliente leal. Sus hábitos de compra es consumir con regularidad con los productos o servicios de la empresa. Muchos llegan a convertirse en embajadores de la marca destacando los beneficios del producto en su entorno. Lo importante es que este es el cliente ideal, por lo que vale mucho para la empresa, por lo tanto es necesario mantener la buena relación a través de un trato diferenciado y acciones que lo motiven como incentivos y premios.
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